Tumblr Mouse Cursors
I'm in love with you: Capítulo 2:
Tumblr Mouse Cursors

25 de marzo de 2013

Capítulo 2:



                                           

                                                           Nuestro viaje

Sí, el aeropuerto era muy grande, ¡súper grande! Grandes ventanales por los lados, escaleras mecánicas con muchísimas personas subían y bajaban. Sé que parezco dramática, pero solo he viajado una vez en un avión, y de una forma extraña, la idea me horrorizaba y a la vez me encantaba. Me gustan los retos.
 La gente hacia un ruido horroroso con sus maletas de aquí para allá a una velocidad imposible... Eso me recordaba a... ¡Nuestro avión!
-¡Chicas vamos! ¡Vamos a perder el...! ¿¡Dónde estáis!? -dije como loca, mirando de un lado a otro. Se habían perdido. Mejor dicho, me había perdido. Corrí como si mi vida estuviera en ello (lo estaba) y las ví. Subí unas escaleras mecánicas para encontrarme con ellas y esquivaba con rapidez la gente que me gritaba en varios idiomas. ¿Preferían que me chocara con ellos?
Cuando por fin llegué les grité. Todo el mundo me miró, menos ellas y me puse roja de la verguenza. Corrí hacía ellas de nuevo y les coji el hombro a Teresa y Ana: las que tenía más cerca. Teresa chilló del susto que le había pegado y pegó un salto. Todas reímos y me preguntaron donde había estado:
-Eh... -me daba vergüenza decirles que me había perdido- Esto... Pues... ¡Nuestro avión!
-¿Qué hora es? -preguntó Teresa casi a grito.
-¡Mierda! ¡Corre, corre, corre! Falta 5 minutos -dijo Ana.
Las cuatro corrimos hacia el avión. Una voz femenina anunció que nuestro vuelo estaba a punto de salir. 
En cuanto vimos el avión, seguimos corriendo. "Tiramos" la maleta para que las personas que trabajaban allí pudieran ponerlas en la parte trasera del avión. La gente que había por allí nos miraron extrañados y asustados.
Subimos al avión, que estaba apunto de despegar. La azafata nos iba a decir algo. Pero nosotras corrimos por el avión como si todavía no hubiéramos llegado. Irene se paró, y todas nos paramos en seco, ya que iba la primera.
-Creo que ya estamos en el avión- dijo aún cansada por correr tanto.
-¡Señoritas! No sé puede correr por el avión- dijo la azafata. Tenía unos cuarenta años, con el pelo rubio y ojos casi negros. Parecía cansada, ya que sin darnos cuenta, había venido tras nosotras, para decirnos esto. Todas asentimos con la cabeza, disculpándonos. Puso una mueca de enfadada, se giró ya que una mujer la llamó, pero antes nos dijo:
-Siéntense, el avión está a punto de despegar, ¿o quieren que les llame la atención otra vez? 
Asentí indignada y me giré yo también sobre mi misma. Fui mirando hacia los lados haber cual era mi asiento. "¡Sí, este es perfecto!" pensé, aunque fueran todos los asientos iguales. Me senté y junto a mí, estaba sentada Ana.Teresa e Irene estaban detrás nuestra. ¿Delante? No había nadie, no quería turistas pelmazos, quería tener un viaje tranquilo.
Coji mi móvil y empecé a mirar imágenes. Ana y yo empezamos a hablar de las fotos que tenía en el móvil, casi todas de One Direction.
-Mira, esta foto la tengo desde hace poco, ¿viste como salió Niall? ¿Y también viste lo que le hicieron a Harry?
-Sí, cuando vi el vídeo por primera vez, no podía parar de verlo, que risa.
-¡Oye, oye! -alguien nos llamó desde atrás. Nos giramos y estaban Teresa e Irene sonriendo con una cámara en la mano.
-¡Os habéis traído la cámara! ¡Vamos a darle envidia a todos con estas fotos en Londres! -dijo Ana, la miré y esta le dio al botón -¡Sonreíd!
Las cuatro nos juntamos y sonreímos. Empezamos a sacar fotos, y como yo no tenía muchas ganas de salir en ella (aparte de que me encanta la fotografía) le "robé" la cámara a Teresa. Y me puse a echar fotos a todo lo que se ponía delante, pero siempre estaban ellas tres, queriendo salir en primer plano, ya que no paraban de hacer tonterías y reírse. Alguien pasó a nuestro lado, sentándose en el asiento de delante.
Mierda, seguro que era un turista con algún crío pesado que no paraba de moverse. Ah, pues no. Era una pareja, de unos veinte años. Me parecieron muy tiernos, aunque algo empalagoso... 
Ellas siguieron a su rollo con las fotos, y yo solo sonreía. Oí a alguien pasar, y pensé que era un turista de nuevo, pero no, era la azafata que vimos antes. 
-Por favor, la cámara.
-¿Qué? ¿Qué pasa con la cámara? -preguntó Teresa.
-No pueden armar tanto ruido, están molestando a los demás pasajeros -tendió la mano e hizo una señal con la mano para que le diéramos la cámara -Por favor.
Se la tendí en la mano, no quería armar tanto jaleo por la cámara, luego nos la devolverían.
Miré por la ventanilla, ¡joder, que vistas! Esta vez, si podía decir que estaba tocando las nubes, la verdad es que "casi". Las nubes eran magníficas vistas desde esta altura.
Mientras pensaba en tonterías, volví a mirar la ventana, el sol empezaba a ocultarse en el occidente del cielo. Había estado demasiado tiempo pensando... el tiempo... ¡vuela! Mientras observaba por la ventanilla como la noche oscura reemplazaba a los últimos rayos de sol que habían sobrevivido de la penumbra, me dormí.
Al momento de dormirme, sentí que unas manos me agarraban de los hombros y empezó a agitarme.
-¡Vero! ¡Vero! 
No respondí. Ni sabía donde estaba ahora mismo.
-¡MIRA ONE DIRECTION!-salté del sillón -Menos mal Vero, pensé que no lo contabas -se rió. Era Irene.
-Ana te llamó, pero no contestabas, y tuvimos que tomar medidas de emergencia- dijo Teresa.
Yo les miré con malicia, y vi que todo el mundo estaba bajándose del avión.
-¿Eh..? Pero... ¿¡ya...!?
-¡¡¡¡SÍ!!!! -gritaron las tres.
Yo me emocioné tanto que coji las maletas con tanta velocidad que se me cayeron, ellas empezaron a correr hacia la puerta del avión. Coji de nuevo las maletas tiradas en el suelo, pero todavía había gente en el avión. No quería empujar, pero deseaba con toda mi alma salir de allí. Fui la más rápida cogiendo un atajo para salir. Cuando se veía la entrada del avión, fui más lentamente y me paré en la entrada a un paso de salir, ¿estaba preparada para vivir en otro país? ¿Otro idioma? ¿Otras personas? ¿Otras tradiciones? ¿Otra vida?... Sí, lo estaba. Dí aquel paso. Miré hacia delante y sonreí... ¡Londres! ¡Londres! ¡Londres! Las demás tardaron poco en venir, y me apartaron con mucha agresividad del camino, para poder pisar tierra, sí como si hubiéramos estado navegando durante un año, perdidas por el mar. Ellas lo parecían, no sé si yo también. ¿Qué cara tendría en ese momento? No sé, pero si sé, que yo estaba en Londres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario